miércoles, 5 de abril de 2023

Flix (Tarragona) Cataluña

Flix es un municipio de la provincia de Tarragona, en la comarca de Ribera d'Ebre, situado al norte de ésta y en el límite con las del Segriá y Garrigas, sobre un meandro (flexu en latín) del río Ebro. Cuenta con un pantano (1940), una central hidroeléctrica y con polígono industrial químico. Como patrimonio histórico-artístico, destacan los restos de un castillo medieval (el castell vell), el castillo nuevo (guerras carlistas) y la iglesia de la Virgen de la Asunción (gótico tardío). Incluye los núcleos de la Colonia de la Fábrica y Los Comellarets.
Superficie 116,9 km² Población 3451 hab. (2021)
La iglesia parroquial de Santa María de Flix es un edificio construido en el siglo xvii, hacia 1628, como lo atestigua una piedra del techo de la sacristía. Aun así, no fue terminada en su totalidad, dejando sin edificar el campanario pero poseyendo, en cambio, una espadaña de cuatro campanas.
La nueva iglesia se construyó sobre los restos de la iglesia vieja de Flix, aprovechando y conservando una parte de ésta. La antigua iglesia fue construida después de que Ramón Berenguer IV conquistara Flix hacia 1154.
En 1908, siguiendo el proyecto del ingeniero y técnico de la fábrica Ignasi Marinelo, se construyó la capilla del Sagrado Corazón o del Santísimo.
Durante la guerra civil el altar mayor de la iglesia y parte de la fachada fueron destruidos, y todo el edificio reconvertido en mercado, llenando de tierra el interior para así nivelarlo. El altar no fue reconstruido hasta el año 1939 (posteriormente, en 1982 se instaló uno nuevo) y la fachada se rehizo hacia 1958 siguiendo el modelo antiguo.
En 1956 se acabaron las obras del campanario bajo la dirección del arquitecto Javier Peña.
En 1965 se desprendió de una de las bóvedas de creería el escudo de Flix de finales del siglo xvi o principios del siglo xvii, que actualmente se puede apreciar en una de las paredes de una capilla. En el interior también destaca un órgano construido por la gente del pueblo en 1999 y los escudos de dos importantes familias de Flix: Los Castellví y los Oriol.
La casa rectoral y el salón parroquial, adosados ​​a la pared sudeste de la iglesia, fueron inaugurados el 15 de octubre de 1976.
Hacia 1989 se inauguró el reloj del campanario financiado por el ayuntamiento y en 2002 se cambió una de las campanas.
La localidad ha pasado a la historia por ser uno de los últimos bastiones del Ejército Popular de la República comandado por el Teniente Coronel Manuel Tagüeña durante la Batalla del Ebro. De hecho, el 16 de noviembre de 1938 la orden de este de cruzar al margen izquierdo del río de sus tropas es considerado como el hecho que da lugar al final de 115 días de batalla y a la derrota definitiva de las fuerzas republicanas a manos de las tropas nacionales del General Franco. En ese margen izquierdo del Río Ebro un monolito recuerda a los caídos de ambos bandos y un segundo monolito conmemora al Pont de Ferro, estructura que el alto mando republicano mandó volar cuando terminaron de cruzar sus tropas en retirada poniendo así fin a la decisiva Batalla de la Guerra Civil Española.

La localidad de Flix se convirtió durante la Batalla del Ebro en una de las últimas posiciones defendidas por el Ejército del Ebro. Las tropas republicanas del Teniente Coronel Manuel Tagüeña cruzaban el río en la madrugada del 16 de noviembre de 1938 en lo que significó el final de la batalla tras 115 días de duros combates entre la localidad de Gandesa y la ribera del río flanqueada por las localidades de Ascó, Ribarroja de Ebro y Flix.

El castillo de Flix, en la Ribera del Ebro, fue documentado en 1154 a través de una donación del conde Ramón Berenguer IV a Bonifacio de Volta. En 1276 el rey Jaime I lo vendió a Arnau de Bosc.
Su situación geográfica lo convirtió en uno de los más importantes de la comarca, junto con el castillo de Mequinenza y el castillo de Miravet. Tuvo importancia tanto en la guerra civil del siglo XV, como la de los segadores del siglo XVII y la de Sucesión del siglo XVIII.
Se aprecian restos del castillo original por dentro del que se construyó en el siglo XVIII. En la época carlista se añadieron unos muros y una gran torre redonda.
En su configuración actual es castillo de Flix se trata de una fortificación amurallada de planta irregular con tres torres circulares en sus vértices. La torre del extremos suroeste es de mayores dimensiones que las otras dos y corresponde a la zona más noble del edificio, conformándose un fuerte de tipo Vauban. Su parte superior está rematada por una cornisa sobre la que se asienta el coronamiento. Su interior está cubierto por una bóveda esférica construida de ladrillo y los accesos al recinto se hace por medio de tres vanos rectangulares situados en el interior del complejo arquitectónico.
Las torres más discretas son simplemente de vigilancia. No tienen paramentos ataludados, pero sí hiladas de aspilleras. Ambas conservan buena parte de su revestimiento original exterior.




En la parte alta de la ciudad, al lado del cementerio, se puede visitar el Castillo, donde quedan restos de las trincheras desde donde se defendió la localidad por parte de los soldados republicanos. Con motivo del LXXX Aniversario del fin de la batalla se instauró una placa conmemorativa al Cuerpo de Pontoneros en la entrada del lugar, recordando a este cuerpo de ingenieros que se encargaba de recomponer, de un día para otro, los pasos que permitían cruzar el río Ebro para dotar de suministros a las tropas y que eran constantemente atacados por la aviación nacional.

En el margen izquierdo del río, un monumento recuerda a los caídos durante la batalla y un segundo monolito recuerda el acontecimiento que tuvo lugar en la madrugada del 16 de noviembre de 1938.

Escut de Flix.svg

Escudo de Flix
En campo de plata, un fresno frutado de sinople. Al timbre, una corona de barón.»

Armas parlantes en la que se representa un fresno (freixe en catalán) en referencia al nombre de la villa. El castillo de Flix, del siglo XII, fue el centro de una baronía adquirida en 1398 por la ciudad de Barcelona para dominar el tráfico del Ebro; la corona de encima el escudo recuerda esta antigua posesión señorial.

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