Orígenes y patrimonio
El poblamiento de este sector del Pla d'Urgell - el Mascançà - se inició hacia el 1079. Con la conquista de Lleida, en 1149, los Anglesola empezaron a aplicar la política para hacer crecer en población su territorio y que éste fuera cultivado a fin de aumentar sus rentas. Así, decidieron crear una villa nueva y para facilitar su poblamiento hicieron diversas concesiones a los nuevos colonos que se instalaran en la villa. Mayoritariamente, la gente de Bellpuig aprovechó estas ventajas, y así nuestra villa pasó a llamarse «Vilanova de Bellpuig».
Nacimiento del municipio
El primer documento de la villa data de 1181 cuando Guillermo de Anglesola y su esposa Arsendis hacen donación a los templarios de los derechos de los pastos y la leña de varios pueblos y, entre ellos, Vilanova de Bellpuig.
En el fogaje del año 1359, Vilanova tenía 35 cabezas de casa. A mediados del siglo XIV se construyó la Iglesia Parroquial siguiendo el estilo de la época, el gótico. De este siglo data la formación de la cofradía de la Virgen del Lirio que tuvo un altar al que poco después llegó el retablo.
En el siglo XVIII, a raíz de la derrota catalana en la guerra de Sucesión, Vilanova estuvo en peligro de desaparecer como pueblo, y cuando empezaba a rehacerse vino el hambre de 1747 a 1754, para finalmente terminar el siglo con un incremento de población: en 1718 tenía 160 habitantes, y en 1787 pasó a 323 habitantes.
Creación de infraestructuras
Es con la abnegación de los campesinos de la villa, así como todos los de los pueblos vecinos, que se construye un sistema de depósitos, presas y acequias para aprovechar toda el agua que caía del cielo, la que brota de una fuente o la que lleva el río Corb.
El día 9 de marzo de 1786 se pacta la construcción de un molino de aceite.
El pueblo estaba formado por una villa cerrada alrededor de la Iglesia de San Pedro Apóstol donde todavía hoy hay un pequeño nudo de callejones. Fue con el aumento demográfico del siglo XVIII cuando gente atraída por los regadíos fue ocupando las nuevas casas de construcción casi igual hechas siguiendo la carretera que lleva a Bellpuig.
Con la construcción del Canal de Urge IGLESIA-EXTERIOR.jpgll en la segunda mitad del siglo XIX, se inicia una nueva época por los pueblos del Pla; la villa se agranda - en 1860 llega a 839 habitantes - y se empieza a vivir unas nuevas inquietudes culturales y económicas.
El 1 de abril de 1860, el Pleno Municipal decide construir un edificio nuevo por las escuelas, puesto que el estado del viejo era lamentable. Los primeros meses de ese mismo año se decide llevar un médico al pueblo a causa de una fuerte epidemia de fiebres.
Vilanova de Bellpuig llega al millar de habitantes
En 1900 se llega a los mil habitantes y el pueblo disfruta de una serie de mejoras: se empieza a trabajar para modernizar el pueblo, con la portada de aguas, la luz, arreglar los caminos que los unen con los pueblos vecinos , y la urbanización del pueblo.
En 1930 Vilanova ronda los 1600 habitantes, y es a partir de esta época cuando empieza a menguar la población, primero por la Guerra Civil Española, y posteriormente por las migraciones hacia la ciudad. En los años cuarenta empiezan a arreglarse los destrozos de la guerra, como los puentes del Canal, se arreglan las escuelas, etc.
Recuperación de la democracia
Hasta la llegada de los ayuntamientos democráticos la actividad municipal se ralentizó por las penurias de aquellos momentos, pero sin detenerse: se amplía la red de distribución de agua potable, se amplía y se reforma la luz, se trabaja en el desvío de las aguas residuales, se acondicionan los caminos municipales, se construye un nuevo grupo escolar, una biblioteca, el campo de fútbol, se compra el convento de las monjas, se construye el polideportivo.
En los últimos años se ha trabajado para dotar al municipio de todos los servicios básicos en buenas condiciones: ampliación de las escuelas con servicio de comedor, construcción de la guardería; construcción del Hogar Municipal de las Personas Mayores, remodelación de la zona deportiva: piscinas, pista de tenis, campo de fútbol, polideportivo; apertura de nuevas calles y arreglo de todo el casco urbano; reforma de la Casa de la Villa; mejoras de la Iglesia Parroquial, entre otras muchas actuaciones. También hace falta que hagamos referencia al entramado social de la gente de Vilanova, donde han surgido una serie de entidades sociales y deportivas.
Toda esta riqueza humana sumada al activo de instalaciones de servicios hacen de este pueblo un lugar sumamente acogedor y agradable tanto para aquellos que vienen a verlo como para todos los que viven.
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