Gósol es un municipio de la comarca del Bergadá aunque, a diferencia del resto de la comarca, pertenece a la provincia de Lérida, en Cataluña, España. Parte del municipio corresponde al Parque natural del Cadí-Moixeró. Incluye también el núcleo de Sorribes.
Iglesia de Gósol en 1960
Església de l'Assumpció de la Mare de Déu actualConsagrada en 1892, es la iglesia parroquial del municipio. Anteriormente lo había sido Santa María del castillo. Durante la guerra civil (1936- 1939) se quemaron los ornamentos litúrgicos pero no el edificio. Las picas de agua bendita son obras rústicas del siglo XVII o XVIII, carentes de ornamentación y sin pulir.
Santa Maria del Castell de Gósol, antigua capilla del castillo y parroquia del pueblo, construida a principios del siglo XI y abandonada a principios del siglo XX en favor de la nueva iglesia.
El Castillo de Gósol data del siglo XI y está en la ruta del camino de los buenos hombres.Incluye dentro de su recinto los restos de un núcleo de población, que se conoce como Vila Vella, abandonado en favor del pueblo nuevo al pie del cerro.
Escudo embaldosado: de oro, un castillo de sinople abierto acompañado de 3 piñas de sinople puestas 2.1 .; la bordura de gules. Por timbre una corona mural de villa.
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Esta zona era poco poblada, pero los hallazgos de sílex y de hachas confirman que era habitada ya en el neolítico (bronce medio). El núcleo primitivo era situado muy probablemente el Tossalet de St. Genís. Más tarde, en la época pre-romana, la población se instala en pequeños cerros que después se convertirían en lugares de referencia de castillos o iglesias. El lugar llamado Gosal ya se menciona en 839 en el acta de consagración de Santa María de la Seo de Urgel.
Ni la dominación romana, ni la visigótica fueron estructurar núcleos consolidados en la zona. Ahora bien, los pequeños valles de los Pirineos eran unidades físicas y humanas de la Cataluña precarolíngia, en un sistema de clan endógeno. Así, los castillos de los valles del Alt Berguedà tenían fines administrativos, aparte de las militares. Los castillos aglutinan población y constituían los núcleos opuestos a la habitual hábitat disperso. En este sentido, el Gósol viejo creció en el entorno del castillo (mencionado ya a mediados del siglo XI) gracias a una carta de población que, a finales del siglo XIII (1273), le otorgaron los barones de Pinós, señores del sitio.
El año 1273, con el deseo de aumentar la población del castillo, Galceran de Pinós y su esposa Berenguela concedieron la carta de franquicias, lo que marcó el gran desarrollo del núcleo de Gósol. En esta carta se establecían las nuevas relaciones con los pobladores y los favores y dispensas de los tributos o servicios como trabajar en las obras del castillo.
El castillo ya existía en el siglo XI, ya que, en un documento fechado entre los años 1068 y 1095, un personaje llamado Galceran prestó homenaje al conde de Cerdanya por el castillo de Gósol y otros castillos más. La posesión del castillo de Gósol pasó de manos de los condes de Cerdanya a los de Barcelona y, finalmente, a los soberanos de la casa de Cataluña y Aragón, si bien estuvo siempre infeudado por la dinastía de Galceran de Pinós. La baronía de los Pinós inicia aproximadamente en 1068 y finaliza por los vuelos de 1425. Hay que señalar también la existencia del castillo de Fraumir o Castellfraumir, situado en la orilla izquierda del río Agua de Valls y al nivel del Molino de En Güell, así como el castillo de Bonner, hoy desaparecido. El pueblo actual comienza a construirse a finales del siglo XVIII, cuando fue abandonado el antiguo núcleo del castillo.
Sin embargo, desde el siglo XV hasta nuestros días existen vacíos de información. Se conoce que las guerras carlistas (1a guerra de siete años, la 2ª guerra de 1846-1849 y la 3ª guerra de 1872- 1876), crearon mucha destrucción con asaltos y cremas continuadas. En este sentido, la Guerra Civil (1936-1939) tuvo su incidencia, muriendo 10 hombres de la población. Una vez acabada la guerra, en los alrededores de Gósol se refugió un grupo de maquis que más tarde fueron expulsados.
Es creencia compartida por la mayoría de expertos que el verano que Pablo Picasso pasó en la población leridana de Gósol marcó un punto de inflexión en su obra. Bajo influencia del primitivismo y más en concreto de una exposición de escultura ibérica celebrada ese año en el Louvre de París, el malagueño habría vivido en la pequeña población del Berguedà –entre mayo y agosto de 1906– la “epifanía de inspiración” que iba a conducirle hacia el cubismo, con primera parada en la precursora creación de Las señoritas de Avignon . ¿Cómo y hasta qué punto aquellos días en Gósol condicionaron la obra de Picasso y, por extensión, tal vez el rumbo del arte contemporáneo? El Museo Reina Sofía de Madrid lleva tres años preparando una gran exposición que pretende dar las claves artísticas y vitales sobre el viaje que tanto inspiró y cambió al genio. Lo hará a través de unos ochenta lienzos prestados por instituciones como el Metropolitan y el MoMA de Nueva York, los museos Picasso de París y Barcelona, el Kunstmuseum de Basilea o el Cleveland Museum of Art.
Los responsables del Reina Sofía recibieron hace unas pocas semanas la noticia que ahora les permite confirmar que la exposición de Picasso en Gósol podrá realizarse –con todas las de la ley y sin lagunas– en la primavera del 2022. Y es que el Met de Nueva York dio por fin luz verde al préstamo de la obra emblemática en el giro estilístico del pintor: el Retrato de Gertrude Stein , una composición en la que el rostro en forma de máscara y los ojos almendrados y desiguales anticipan el viraje en la forma de representar las figuras que Picasso materializará en el cubismo.
Gósol
En el verano de 1906 Picasso vuelve a España.
Después de una breve visita a familiares y amigos de Barcelona, Fernanda y Picasso viajan a Gósol. Gósol asentado entre montañas, en el antiguo “Camí dels Bons Homes” (cátaros), desde la Cerdanya y el Languedoc, a la “Catalunya” central (tras la batalla de Muret, en la que las fuerzas aragonesas lideradas por Pedro II el batallador, fueron vencidas por las tropas de Simón de Montfort,” muchos cátaros huyeron a través de las montañas pirenaicas, pasando o estableciéndose en Gósol y alrededores).
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